De guante blanco este ladrón
con su sonrisa inolvidable
como quien va de flor en flor
viene con una cada tarde
Y es que te mira de manera que
parece conocer tus sentimientos
y tienes miedo la primera vez
cuando el deseo crece por momentos
Poco a poco da un traguito de tu vaso
y tú solita te abandonas al fracaso
y me pregunto lo que tiene,
quizá nunca convienen
los hombres como él
Caradura, caradura
¿Por qué vas prometiendo la luna?
si después de tus besos de Judas
te me vas, te me vas, caradura
Besando las heridas de sus presas
es fácil parecer un caballero
pero detrás de su boca de fresa
hay un ladrón que te roba un te quiero
No tiene corazón ni tiene dueña
y solamente es fiel a sus antojos
pero lo malo es cuando tú te empeñas
en ser la única que ven sus ojos
Caradura, caradura.