Tu cara pesa en mi memoria
una tonelada de miedo
y se me cerraron los puños
en esta suerte de desierto.
Fuego otra vez
no me importa si volvés pero que no sea hoy
Fuego otra vez
de la casa del ayer Siento, no sé donde estoy.
El humo cubre las ventanas
escucho el grito del deseo
Y permanezco casi inmóvil
ante el embate de lo nuevo,
Porque un hombre siempre sabe como escapar
hacia la nada,
directo a la nada proa hacia la nada.
Fuego otra vez
no me importa si volvés pero, que no sea hoy
Fuego otra vez
de la casa del ayer siento, no se donde estoy.