Se arrastran los compases compadrones del tango que se encoge, que se estira... Su música doliente pareciera sentir que una amenaza se aproxima. Viviremos los dos el cuarto de hora de la danza nostálgica y maligna. Escuchemos latir los corazones bajo el numen de Venus Afrodita. Placer de dioses, baile perverso, el tango es rito y es religión; orquestas criollas son sus altares y el sacerdote, su bandoneón. Quiero sentirme aprisionado como en la cárcel de mi dolor, guarda silencio, mitad de mi alma que hay un secreto entre los dos. Se arrastran los compases compadrones del tango que se adueña de las fibras. El juego de tus rulos en mis sienes será la extremaunción de mi agonía. Te invito a penetrar en este templo donde todo el amor lo purifica. ¡Viviremos los dos el cuarto de hora de la danza nostálgica y maligna!