Se la pasaba echao, panza pa abajo como sapo aplastao por una rueda su viaje más osao, fue la vereda y le daba trabajo cataratas de mate rempujaban sus eructos de ajo. Se jubiló de fiaca a los 50 fue Alpedero, de umbligo con pelusa un día apercheró una rantifusa y la enchufó a sirvienta le hizo un pique de apuro en la cucusa que ella ni se dio cuenta. Se augerió de un infarto inmerecido por el mate, ni hizo fuerza en la letrina y el llanto que escupió la pobre mina por su finao querido. Está en el plato vacío, en la cocina de este asunto jodido suerte que el tiempo pasa y ve la mina a su Alpedito crecido.