Por donde andará mi amigo, Romero, el de la guitarra Que me regalo por nada nomás, por si me gustaba Hacerle un tiro a la tripa pelusienta y anudada Cuerdita de tres colores, negra blanca y colorada Con una caja grandota y una voz sacrificada Que decía dende adentro: Más vale no diga nada Si por no subir el tono me va a amordazar el alma El que no sabe dónde anda que no agarre una guitarra Cuánto me costó encontrarle la razón de su arrogancia Si hasta sentí compasión de algún rajón sin distancia Que le cruzaba la espalda Como si una rastrillada le hubiera mordido el bofe Pa que ya no respirara Me enteré de su pasado porque me dijo una tarde Si juntos vamos a andar yo voy a saber andarte No sé si no fue por hablar que no supe preguntarle Hasta dónde iba a poder o querer acompañarme Eran muy pocos mis años... Y ella era una musa grande A veces entre el sauzal cuando llegaba la tarde... (silbido) Yo andaba de chiflador amansando soledades Y mi guitarra era un viento entre las pilchas del catre A veces soplaba fuerte y me traía quién sabe de dónde Lluvias cansadas de galopear en el aire Otras veces se achinaba como el Sol entre el celaje Y era un solo remolino retorcido y lujuriante Yo, yo no podía saber lo que ella quería enseñarme Al principio la sentí como algo de alguna parte Diferente de las cosas que uno tiene pa llevarse Cuando, bueno, cuando se muda del pago y de volver no se sabe Porque uno, uno no sabe nada, pero de algo sí que sabe Morir cualquiera se muere y es razón pa no amargarse Pero morir sin sentido por haber nacido en balde Es casi peor, si no le erro, que tener rabia y callarse Y así pasó con los sueños, con la soledad y el hambre Con la verdad en las manos y la razón hecha sangre Que canté por todo el pago, y por si alguno no sabe Hubo quien se confundió y me echó ombú adentro el mate Pero también sucedieron halagos en cantidades Por el canto, por la copla, o las leguas de una frase Que se quedaba dormida entre las ramas de un sauce Al arrullo de un silencio repetido de ansiedades Y según el corazón, todo fue por la guitarra Y un tímido La menor con gusto a milonga Pampa Que se aquerenció en mis manos y se sublevó en mi alma Y que solo hinque ante Dios y mi única, azul y blanca Por eso dónde andará mi amigo, el de la guitarra Que me regaló por nada, nomás por si me gustaba Mi viejo amigo Romero, todo mi canto te canta El triste de mi dolor y el ancho de mi esperanza Y el que nunca cantaré será por honrar la raza De los hombres como vos, cantores de coplas altas