Esta es la historia de una chica que se llamaba Rose. Rose, tu rango se ve, tatuado en tu piel presumes de él con quien lo eliges bien. Y por eso, hoy, como un día más, te fuiste a bailar, quisiste mostrar tu nombre en sociedad. La pobre Rose. No oculto mi llanto y lloro por ti, no vueles tan alto que el cielo está detrás de ti. Rose, hoy lloro por ti. Tu risa es igual, tan artificial como tu vida ayer. Rose, te quise seguir, no pude pasar más allá del portal y allí te dije adiós. Mi sueño: mi Rose. No oculto mi llanto y lloro por ti, no vueles tan alto, mi pobre Rose, mi dulce Rose.