Pasan las horas Cuál lenta caravana Por el desierto De mi corazón Y las primeras canas No me las traen los años Sino los desengaños Que quitan la razón Pasan las horas Y sufro como ayer Tortura mi existencia La cruel indiferencia De aquella que amé tanto Con mágico querer Y en medio del quebranto La quiero todavía Y llega un nuevo día Viviendo un padecer Pasan las horas Eternas de desvelos Indiferentes Siempre, a mi dolor Ni un pálido consuelo Refleja el alma mía Y me sorprende el día Delirando de amor Las horas crueles No llevan mi sufrir Errante y a deshora Siento tocar las horas Con goce de misterio Profundo en mi sentir Parece un cautiverio La plaza solitaria Y el silencio plegaria Piadosa del morir